viernes, 15 de abril de 2016

Evacuol

Tal vez no lo parece, pero Rubén y Matias quieren mucho a su padre. Son de esos niños que hacen maldades de las que no son del todo conscientes. Como cortarle la cola a una lagartija y ponerla en el salero. Pasarle la podadora a la alfombra. O poner pegatinas a los bolsos, trajes, caninos, carteros, coches, abuelas, felinos, camiones, a la gente miserable que ya no puede más, que de verdad no puede más, y a la gente feliz. Todo de manera indiscriminada. Todo en el transcurso de un mes. Todo un desastre.

A pesar de sus bromas, cuando se dieron cuenta de la cara larga de su padre, le preguntaron por qué. Les explico que la crisis económica. Aparentemente culpa de los ascendentes Escorpio, porque comían mucho. Papá estaba partiéndose la espalda en el trabajo y se le notaba. Estaba algo estreñido, eso también.  En un inopinado arrojo, Rubén se alzó sobre la mesa y exclamó que «en su vida, nunca había estado tan cansado», fuertes declaraciones para el chico de 6 años. El resto de la familia asintió.

Y eso nos lleva hoy a la playa La Tortuga.

El padre se contentaba con tomar el sol. No pensar en el trabajo. Solo estar. Solo ser.

Y a no mucha distancia jugaban Matias y Rubén. Perseguiendo peces, cangrejos, y palomas. Horas más tarde vino una familia nueva. Se pusieron a jugar con el niño nuevo  un rato, hasta que todo se precipitó en una pelea muy fuerte. El niño nuevo en realidad no entendió muy bien por qué peleaba, así que se fue. Todavía muy molestos, Matias y Rubén se separaron. Rubén va a la cabaña con prisa, y Matias a donde estaba su padre.

-Pa -Matias despierta a su padre-
-Sí
-Paraguas
-No. Quiero sol.
-No. Paraguas, escucha.
-Para qué quiero un paraguas. No va a llover.
-No, no. Eso no. Pa, paraguas. Búscalo, hazme caso.
-¿Por qué? Estoy bien, Mati. Déjame acá.
-Y bueno. –Matias suspira y se va-

Rubén vuelve con una botella pequeña marca «EVACUOL» y algo de pan. Tira las migajas de pan y les echa el líquido. Las palomas que comen alegremente se preparan ahora para el bombardeo de la playa La Tortuga.
Empieza a nevar
Cunde el pánico
Una verdadera catástrofe
Los afectados deciden volver en bote antes a la ciudad. El maloliente padre clava una mirada severa en sus intactos hijos, y les pregunta:

-... ¿Por qué?
-El niño ese
-Ascendente escorpio.

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